“La preocupación no hace nada más que robarte la alegría y mantenerte muy ocupado haciendo nada”.
El miedo es alimentado por la preocupación y genera estrés.
¿Y sabes qué sucede cuando estás estresado? Tu cerebro se sobrecarga, reacciona convirtiéndose en un "yo" más defensivo y eso limita tu pensamiento de alto nivel, tu capacidad analítica y tu capacidad para pensar con claridad.
Es algo tan sutil, que empieza con un pensamiento, no te das cuenta en qué momento ese pensamiento toma el control sobre tus emociones, tus decisiones y tu comportamiento. Y hasta se puede convertir en un estilo de vida. Pero no nos tenemos que conformar con aceptar esto. Cuando te preocupas, quizás es porque estas tratando de resolver esa situación en tus fuerzas, con lo que tienes, con lo que tú puedes hacer, y al ver que no está bajo tu control, te desesperas, te llenas de miedo, te preocupas y entonces te estresas.
1 Pedro 5 : 6-7 nos invita a humillarnos y a poner todas nuestras preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque Él cuida de nosotros.
En otras palabras, no tenemos que solucionarlo por nuestra cuenta, no estamos solos, hay un Dios que como padre cuida de nosotros y sabe de que tenemos necesidad. Pero también hay algo importante que menciona Pedro, nos dice: "humíllense", ¿Qué quiere decir eso? que al pensar que podemos solos, o que debemos hacerlo en nuestras fuerzas, estamos sacando a Dios de la ecuación y estamos siendo orgullosos.
Te animo a que aceptes la invitación, y dejes todo en la manos de Dios, Él tiene la capacidad de cambiar todo en un segundo, no te paralices, no dejes que la preocupación te robe la paz, cambia tu enfoque, pídele a Dios que te de otra perspectiva y descansa sabiendo que el Dios creador del universo cuida de ti.