Del Insulto al Asesinato: Entendiendo la Enseñanza de Jesús

Del Insulto al Asesinato: Entendiendo la Enseñanza de Jesús

Reflexiones cortas

El Sermón del Monte, que encontramos en el evangelio de Mateo 5-7, es a menudo considerado el sermón más importante dado por Jesús. En el, aborda diversos aspectos de la vida, algunos mencionados en la ley y nos ofrece una visión más amplia y profunda.
A lo largo de este sermón, Jesús utiliza seis veces la expresión: "Ustedes han oído que se dijo, pero yo les digo...", Cuando hacía esta declaración citaba algo previamente establecido en la Torá o algo con lo que su público judío estaba familiarizado, facilitando así la comprensión de su referencia.
En el ámbito de los eruditos, estas seis enseñanzas se conocen como las seis antítesis, ya que algunos detractores de Jesús pensaban que, al decir "pero yo les digo," estaba tratando de establecer nuevos mandamientos y aboliendo las enseñanzas de la Torá para imponer sus propias enseñanzas. Sin embargo, la interpretación correcta es que Jesús estaba en total acuerdo con los mandamientos dados por la ley, pero consideraba que la forma en que estaban siendo interpretados era incorrecta. Así, Jesús nos dirige hacia una forma de vivir que es más grande y profunda que las simples palabras de un mandamiento.
 
Los versículos en los que nos centraremos se encuentra en Mateo 5: 21-25:
“Oísteis que fue dicho a los antiguos: “No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. 22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego. 23 Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante”.
 
Esta enseñanza esta dividida en tres partes:
  1. ¿Qué dice la Torá?, ¿Qué dice Jesús?.
  1. El aumento de las consecuencias contra una visible reducción de la ofensa.
  1. Corta parábola relacionada al enojo en contra de nuestro hermano.

1. Lo que la Torá dice y lo que Jesús dice

En la primera parte de esta enseñanza, Jesús menciona lo que ya está escrito en la ley: "No matarás, y cualquiera que mate será culpable de juicio" (Mateo 5:21). Jesús no le resta importancia al mandamiento; en primer lugar, lo afirma claramente, como diciendo: "Sí, si matas a alguien, serás culpable ante la corte, pero además..."
De esta manera, Jesús nos invita a profundizar más. Nos quiere mostrar que hay algo más en este mandamiento. En la época de Jesús, la interpretación de este mandamiento se basaba en la premisa: "Si en toda mi vida nunca asesiné a alguien, automáticamente cumplí la voluntad de Dios". A esto, Jesús responde con un rotundo ¡NO!. Él nos quiere mostrar que la corte celestial y la forma en que funciona su reino no solo se interesa en si asesinaste o no a una persona, se interesa mucho más en las motivaciones y las actitudes detrás de la ley. Jesús nos invita a reflexionar sobre las raíces del comportamiento, como el odio y el desprecio, que pueden llevar al asesinato, enfatizando que la verdadera obediencia a Dios va más allá de la mera observancia externa de los mandamientos.

2. La ofensa mengua pero la consecuencia aumenta

Es interesante notar que en la descripción del comportamiento que da Jesús en estos versículos, parece que las ofensas van disminuyendo en gravedad, pasando de asesinar a insultar, pero las consecuencias parecen aumentar, yendo desde el juicio en la corte hasta el fuego del infierno. Jesús quiere que reflexionemos sobre nuestros valores y que pensemos en los problemas subyacentes.
El asesinato es la culminación de una postura del corazón hacia los demás que comenzó mucho antes, y es en esto en lo que Jesús se enfoca.
 
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Es crucial observar que los insultos mencionados en estos versículos están estrechamente relacionados con el valor de un ser humano. En el griego original, en el versículo 22, cuando Jesús dice: "cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio;" la palabra para necio es Raka, que significa vacío, un hombre sin sentido, con la cabeza vacía, que no sirve para nada. La palabra griega para fatuo es Mōros, que significa idiota o tonto.
Con estos insultos, estás declarando que la persona no tiene ningún valor.
Cuando insultas a alguien o le dices que es un bueno para nada, te estás colocando en la posición de juez y emitiendo un veredicto sobre el valor de esa persona: "¡Eres un bueno para nada, eres un idiota, no importas!" No es solo ira o enojo, es enojo con desprecio. Se hace evidente que no solo no valoras la vida de esa persona, sino que también disfrutas declararlo al mundo.
Sentarse en la silla del evaluador del valor de una persona es ocupar el lugar de Dios, quien es el único que puede evaluar.
Insultar a alguien no es algo que se castigue hoy en día por la justicia, ni lo era en la época de Jesús. Quizá para nadie sea importante, pero para Jesús sí lo es. Así es como funciona el reino de los cielos.
Hoy en día, sabemos lo devastador que es para las personas recibir estos juicios de valor sobre su vida. Pueden llevarlas a vivir una vida llena de sufrimiento, inseguridad y baja autoestima, e incluso al punto de quitarse la vida. Cada vez que insultas, estás de una manera u otra, asesinando a esa persona; estás quitándole su valor. Las palabras tienen el poder de dar vida o muerte.
Cuando insultas a alguien sea que lo pienses o no, estás haciendo una declaración pública de que la existencia de esa persona no tiene valor.
Cuando nos sintamos tentados a pensar que somos mejores que otra persona, o a creer que nuestra opinión sobre su valor es relevante, debemos recordar que solo Dios puede establecer el valor de alguien, ya que todos somos creados a su imagen y semejanza.
La paradoja es que los insultos y descalificaciones alimentan una actitud de desprecio hacia los demás. Jesús tomaba muy en serio estas pequeñas semillas de odio sembradas en nuestro corazón, ya que son las que eventualmente pueden llevar a una persona a quitarle la vida a otra. El asesinato es la culminación de una postura del corazón hacia los demás que comenzó mucho antes, y es en esto en lo que Jesús se enfoca.
Por lo tanto, no se trata solo de no quitarle la vida a alguien, sino de erradicar el hábito de evaluar el valor de las personas. En este sentido, lo que Jesús dijo: Amar a Dios y amar a las personas cumple con la Torá (Gálatas 5:14-15), implica que amar a las personas es valorar su existencia. Esto es valioso para Dios y, por lo tanto, debe serlo para nosotros, ya que cada persona es imagen de Dios.

Antes de finalizar esta segunda parte de la enseñanza, hay algo más que Jesús menciona en estos versos que vale la pena estudiar.
En el versículo 22 Jesús dice: “Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego”.
Esta parte final —quedará expuesto al infierno de fuego— en el griego original es Gehenna y su raíz es una palabra hebrea que significa Valle de Hinom o Valle del hijo de Hinom. En griego se leería: “estará en peligro del fuego de Gehenna” esta fue la forma en como realmente lo escucharon los que recibieron el sermón. Pero, ¿qué quizo decir Jesús y qué entendió su audiencia?
La primera referencia a este valle se encuentra en el libro de Josué 15:8.
Algo tuvo que suceder en este valle para que Jesús lo tomara como referencia para hablar acerca de la justicia divina.

¿Qué pasó en el Valle de Hinom?

2 Crónicas 28: 1-3 RV1960.
“De veinte años era Acaz cuando comenzó a reinar, y dieciséis años reinó en Jerusalén; mas no hizo lo recto ante los ojos de Jehová, como David su padre. Antes anduvo en los caminos de los reyes de Israel, y además hizo imágenes fundidas a los baales. Quemó también incienso en el valle de los hijos de Hinom, e hizo pasar a sus hijos por fuego, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había arrojado de la presencia de los hijos de Israel”.
 
2 Crónicas 33: 1-6 RV1960.
“De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y cincuenta y cinco años reinó en Jerusalén. Pero hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel. Porque él reedificó los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a los baales, e hizo imágenes de Asera, y adoró a todo el ejército de los cielos, y les rindió culto. Edificó también altares en la casa de Jehová, de la cual había dicho Jehová: En Jerusalén estará mi nombre perpetuamente. Edificó asimismo altares a todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová. Y pasó sus hijos por fuego en el valle del hijo de Hinom; y observaba los tiempos, miraba en agüeros, era dado a adivinaciones, y consultaba a adivinos y encantadores; se excedió en hacer lo malo ante los ojos de Jehová, hasta encender su ira”.
 
El Valle de Hinom era conocido por ser un lugar donde se llevaban a cabo sacrificios humanos, los cuales implicaban pasar a las víctimas a través del fuego. Jeremías establece el punto clave para entender esta referencia que Jesús está haciendo.
 
Jeremías 7:30-34 RV1960.
“Porque los hijos de Judá han hecho lo malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillándola. 31 Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en el valle del hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos y a sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón. 32 Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jehová, en que no se diga más, Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar. 33 Y serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien las espante. 34 Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz del esposo y la voz de la esposa; porque la tierra será desolada.”
 
Tofet es una palabra hebrea que significa lugar de fuego. Los reyes de Judá eran sincretistas, es decir, combinaban múltiples tradiciones culturales. Decían: "Vamos a adorar a Jehová y también a las estrellas y a Baal". Con esta mentalidad, les parecía natural pensar que Jehová aceptaría los sacrificios de niños, tal como lo hacían los otros dioses. Sin embargo, a través de Jeremías, el Señor dejó claro que tales sacrificios nunca fueron ordenados por Él.
Jeremías profetizaba sobre la destrucción de Babilonia y describía cómo, en el valle donde se habían sacrificado vidas inocentes, llegaría un tiempo en que este mal se revertiría. Cuando Babilonia los conquistara, habría tantas muertes que no habría espacio para enterrar los cuerpos, y éstos serían arrojados al mismo valle donde antes se habían iniciado los fuegos de sacrificio. Es una inversión del castigo.
¿Tomaste la vida de otros? Tu vida será tomada y terminará en el lugar donde tomaste esa vida. El papel principal de Gehenna en estos versos es la reversión de nuestras distorsionadas formas de tratar a los demás, estableciendo que lo que hagamos a otros se nos devolverá.

3. La Parábola

En la parte final de esta enseñanza, tenemos una corta parábola:
 
Mateo 5: 23-26 RV1960.
Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, 24 deja allí tu ofrenda delante del altar, y anda, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda. 25 Ponte de acuerdo con tu adversario pronto, entre tanto que estás con él en el camino, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado en la cárcel. 26 De cierto te digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante”.
 
Jesús nos presenta una situación en la que alguien desea presentarse ante Dios con su ofrenda, pero recuerda que tiene un conflicto pendiente con un hermano. ¿Cuál es el conflicto? Que la otra persona tiene algo contra él. ¿Por qué se menciona esto después de hablar sobre los insultos y agravios contra nuestro hermano? Jesús quiere mostrarnos que el conflicto surge porque primero insultamos a nuestro hermano, y por eso tiene algo en contra nuestra. Es un llamado a no presentarnos ante Dios culpables, para evitar ser juzgados.
Es como decir: si insultaste a alguien y sabes que esa persona tiene algo contra ti, ni siquiera pienses en presentarte públicamente como una persona en paz con Dios. Jesús quiere establecer que tu relación con Dios está completamente entrelazada e interdependiente con la salud de tus relaciones con otras personas.
La forma en que te relacionas con otras personas es un reflejo de cómo te relacionas con Dios.
 

 
En esta enseñanza, Jesús nos muestra que aunque es importante cumplir los mandamientos, seguirlos literalmente no es suficiente. Él vino a revolucionar la interpretación de la Torá y nos dio nuevas instrucciones sobre cómo vivir, ofreciéndonos una visión más profunda de la persona que Dios desea que seamos. Con esta comprensión, ¿cómo planeas reaccionar en adelante hacia tu hermano y hacia cualquier persona que encuentres en la calle? Recuerda que todos somos creación de Dios y solo Él puede juzgar nuestro valor.
 
 
ℹ️
El contenido de este blog post es una adaptación al español de The BibleProject podcast. Si quieres aprender más te invitamos a escucharlo.